Una herramienta excepcional para lograr este cometido es incluir el optimismo como acto político:
- El líder debe ser consciente que está siempre en un escenario. Su preocupación contagia intranquilidad, su optimismo lleva calma y así las personas pueden acceder a lo mejor de sí.
- Generar experiencias en la empresa que sirvan como anclaje positivo: reuniones para celebrar los éxitos, boletín de buenas noticias, carteles con un mensaje que ponga en contacto a las personas con su propia grandeza
- Aprovechar cada comunicación para conectar con el valor de las personas en la organización: agradecer, reconocer, destacar los méritos.
Piensa en cómo llevar optimismo a tu trabajo. No lo hagas como una forma superficial de sonreír sino como un motor que impulsa los buenos resultados.
María del Carmen ABraham
Creadora del modelo de Gestión del Optimismo
gestiondeloptimismo.blogspot.com
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